El pasado sábado, los rojos regalaron tres puntos a un City Ground repleto de seguidores entusiasmados con el partido disputado contra el Rotherham. Los molineros en ningún momento fueron capaces de hacer sudar a Pantilimon, aunque tampoco pusieron las cosas fáciles al equipo de Karanka. El balance fue de 1 tiro a portería para The Millers y 2 para el Forest en los 90 minutos de partido; sin duda, un dato que refleja la pobre creación de ocasiones que tuvieron ambos equipos. Finalmente el desenlace del partido se resolvió gracias a un gol salvador de Grabban desde el punto de penalti.
Hubo pocos cambios en la pizarra respecto al último partido que el Forest disputó, contra el Sheffield: empezaron de inicio Ben Watson por Colback y Gil Dias por Matty Cash. El rendimiento de Watson durante el partido fue bastante aceptable, aunque el del portugués, muy discreto, reemplazado por Cash en el minuto 72 en busca de más ocasiones de gol.
Empezó el partido con el Rotherham presionando muy arriba con los tres delanteros, dificultando la salida de balón. Cuando el Forest rompía la primera línea de presión y llegaba hasta mediocampo, los molineros ya estaban organizados tapando todas las líneas de pase posible, con una defensa zonal muy rocosa. Esta fue la tónica del 90% de partido: el Rotherham tapando líneas de pase y el Forest intentando subir el balón hasta la portería rival, sin llegar a crear ocasiones claras de peligro.
De inicio, Gil Dias abandonaba su banda para irse a la medular y facilitar la subida del esférico, aunque sin mucho éxito. En varias ocasiones se veía a Janko, Watson y Geddy levantando las manos y pidiendo desmarques a sus compañeros para que el balón pudiera avanzar. No fue hasta el minuto 35′ donde una buena contra del Forest culminó con una doble ocasión de Carvalho y Dias, pero sus disparos chocaron contra la defensa rival.
Al empezar el segundo tiempo, el equipo salió con una marcha más. Carvalho remató al poste en el minuto ’48 y el cuero pasaba de un hombre a otro con más fluidez. El portugués retrasó su posición y se facilitó el dominio en el centro del campo. El partido siguió sin otra trascendencia hasta el minuto 60′, cuando se produjo el primer cambio: Lolley por Guedioura. Aunque personalmente me parecía lo mejor para el equipo (así lo conté en Twitter durante el descanso) este cambio me sorprendió, ya que no suele ser habitual ver a Karanka modificar el esquema con la intención de desaquilibrar el partido. Normalmente Aitor suele rotar figura por figura o cambiar una pieza con el objetivo de contener el resultado.
Más poder para la medular. La pizarra cambiaba a 4-1-4-1 con Ben Watson de medio cierre, Carvalho y Osborn en la creación, Lolley y Dias (reemplazado posteriormente en el 72′ por Cash) en las bandas abriendo campo para que Grabban tuviera más oportunidades. Janko sumándose al ataque y Robinson pendiente de tareas defensivas, incluso cortando contraataques peligrosos de los molineros. Pletóricos los dos laterales.
No fue hasta el minuto 84′ cuando Osborn se metió hasta la cocina de Rodak, en una jugada marca de la casa. La defensa rival frenó al inglés con una falta en el área pequeña. Penalti ejecutado magistralmente por Grabban y gol engañando al portero, que se tiró al lado contrario. Ya no quedaba tiempo para más: cambio en el 90′ para no alargar la hora, Bridcutt por el joven maestro Carvalho, y 3 puntos importantísimos.
Como dijo Karanka tras el choque, tres partidos en una semana pasan factura, se está agotado físico y mentalmente. Este tipo de victorias son esenciales para pelar duro durante el campeonato. Parece que el Forest está aprendiendo a competir, hace años que no veíamos un espíritu así en nuestro equipo, y eso es gracias a los fichajes y al entrenador. Para terminar, mencionar el especial llamamiento que hizo el club en redes sociales para pedir aplausos durante el minuto 14 de partido, en memoria a los 14 años que llevamos los aficionados del fútbol sin nuestro querido Brian Clough.
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